Circule con precaución

Muzio al 100. Hace dos meses la Cooperativa Eléctrica rompió la calle para hacer un trabajo y desde entonces, nadie volvió para arreglar la herida que quedó.
Foto: Archivo Llegaron los indios

Algunos, son como finas cicatrices que aunque el tiempo logra disimular, están y molestan. Otros, verdaderas incisiones, profundas y dolorosas -por los golpes que provocan-. Hay, también, gigantescos cráteres y montículos de pedregullo colocados en medio de la calle a modo de arreglo. Hay pozos por todos lados, así de sencillo. Basta salir, subirse al auto y hacer unos metros para que uno tenga que exhibir, obligatoriamente, dotes para zigzaguear.
Las calles de Trelew se han convertido en un catálogo de baches. Y no hablamos de las calles que debieron romperse por las obras pluviales (¿cuándo terminan?). Sino de las roturas que aparecen a diario en el pavimento, de los pozos que vuelven a abrirse rápidamente porque fueron reparados de manera precaria y de esos otros que originan las empresas de servicios (como es el caso de la Cooperativa Eléctrica) que, con el martillo neumático, taladran el pavimento, rompen para hacer sus tareas y nunca jamás se encargan de arreglar.
Si existe un plan para el mantenimiento vial urbano, en honor a la verdad, no se nota.

Martín Fierro y Urquiza. Una víbora negra atraviesa la calle
y pega a los vehículos un golpe seco.