Recuperar la imagen del policía como servidor público, es la titánica tarea que se propuso el ministro de Seguridad, Miguel Castro. Foto: Archivo
Anoche vi movimiento en la puerta de casa. Antes de asomarme, escuché que golpeaban las manos. Miré: un policía morrudo, con chaleco refractario amarillo y el casco todavía colocado, daba vueltas alrededor del auto estacionado en la calle. Me asusté; en los segundos que tardé en abrir la puerta y salir pensé varias cosas, entre ellas, que tal vez tendrían un auto de características similares como sospechoso de haber participado en algún hecho delictivo y varios etcéteras más.
-Buenas noches, tiene la puerta de atrás mal cerrada, dijo señalando el vehículo
Lo debo haber mirado sorprendida, porque repitió:
-Esta, la de atrás. No quise cerrarla por temor a que tuviera alarma, explicó.
-¡Uy!, ¡ay!, sí, muchas gracias, deben haber sido los chicos, bajan corriendo y no se fijan lo que hacen, muy amable, muy gentil, le agradezco, qué detalle, ¡ay! estos chicos, que tenga buenas noches ¡eh!, muchas gracias, hasta luego... y un rosario de adjetivos calificativos para resaltar su actitud junto con interjecciones varias.
Mientras le hablaba, el hombre levantó su mano derecha cubierta con un guante negro, se subió al cuatriciclo, arrancó y se fue.
Su actitud vigilante y atenta no debería provocar asombro, porque esa es su función. Pero la mala prensa que la fuerza supo ganarse gracias a que algunos de sus hombres aparecen de tanto en tanto vinculados en hechos delictivos, pedidos de coimas y casos de gatillo fácil, por citar algunos casos, provocaron su descrédito. Eso es lo que el ministro Miguel Castro dijo que pretende revertir, cuando asumió este año como ministro de Seguridad en la provincia. Menuda tarea se propuso, aunque a la vista quedó que no es imposible.
5 comentarios:
No, claro que no es imposible...ojalá que dure y aparezca el cambio, que no se lo coma el sistema...tan enquistado y si de polis hablamos...bueno..., pero claro, es posible...todo es posible...y mi deseo que esa posibilidad no se tarde mucho, por que la gente se cansa, porque el cansancio está llevando a que todos nos peleemos con todos y que vivir en una ciudad esté más cerca a vivir en una selva salvaje.
Increible..ojala siga asi...
Aplaudo su actitud!!!,esa es la policía que necesitamos.
Que buena experiencia que tuviste! Te puedo asegurar que el don de gente no lo dá el discurso de un político, igualmente esperemos tener más de esos buenos policias que entraron al staff de la fuerza pública para justamente proteger a la ciudadania y no por el simple hecho de un sueldo. Aprovecho para felicitarte por el blog, esta más que increible, muy buen nivel, no esperaba menos de vos. Besos Patricia
Está muy bien lo que decís, Patricia. El don de gente no lo dá el discurso de un político pero quizá, si la fuerza tiene a la cabeza una persona que también comulga con las buenas costumbres, y transmite a sus hombres y mujeres que es necesario acercarse más a la comunidad, eso contribuya a reforzar y mejorar la imagen que tiene la policía. ¡Bienvenida al blog!
Víctor, comparto tu pensamiento... aunque Chita y Tarzán son más civilizados que muchos de nosotros, ¿no?
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