Mi imagen personal, ofrece indumentaria con diseño que no es posible encontrar en los comercios tradicionales. Abajo: productos de papelería y encuadernación artesanal, de la mano de Epifanía Gráfica. Cumplen con la consigna de las tres B: bueno, bonito y barato. Las
ferias itinerantes llegaron a Trelew. Y son una
tendencia creciente. Nacieron de repente, una detrás de otra, como hongos después de la lluvia y se convirtieron en una
amplia vidriera para decenas de emprendedores que habitan en esta ciudad,
creando. Accesorios para el cabello, bijouterie, indumentaria, tejidos, productos de librería, artesanías en madera... de todo, con un denominador común:
precios accesibles.
Si bien algunos las denominan ferias de diseño, hay propuestas que no entran estrictamente en esa categoría pues junto con productos artesanales y creados por un emprendedor, también se encuentran líneas de conocidas marcas de artículos de perfumería, cosmética o de cocina. Como sea, a todas las rige el mismo objetivo: darle a Trelew una
dinámica diferente en lo que se refiere a un
nuevo canal de distribución y comercialización de productos no masivos.
Dulce feria,
Felices y lozanas,
Cambalache´s y la inminente
Rond Point DiseñArte, son algunas de las propuestas que nacieron en los últimos tres meses y que lograron, todas,
atraer la atención de una importante cantidad de personas.
A ellas, se suma otra
original propuesta que llega este fin de semana de la mano de
PorFin Eventos, un encuentro de intercambio de prendas y ropa que se conoce como
swishing.
"A la mujer
le encanta comprar y quisimos brindarle una manera diferente para hacerlo. Puede venir tranquila, con amigas, tomar el té y pasear, hacer sociales.
Es algo que nos sirve a todos: a nosotras, para que conozcan el servicio que damos, a los expositores, para mostrar lo que hacen y hacerse conocer y a los visitantes, para saber qué pueden encontrar en Trelew y llevarse el contacto para adquirir lo que vio cuando puedan o lo deseen", opinó Pamela Cerra (28 años) que junto con su hermana lleva adelante Las Moras, un servicio de mesas dulces, tardes de té y
finger food para eventos.
Hay que tener en cuenta que
la única modalidad de pago es el efectivo. Aquí no corren las tarjetas de crédito y por eso la fecha en las que se realizan, son próximas a los días de cobro de los haberes. En algunas oportunidades, determinados expositores ofrecen tentadores descuentos para promocionar sus ventas.
Si bien
cada organizador tiene sus pautas de trabajo, hasta ahora -en este proceso de hacer conocer el mecanismo y observar qué recepción tiene por parte de la gente- la mayoría no cobró un monto fijo para ocupar un stand sino que, a cambio del espacio, solicitó al expositor que se ocupe de la venta de entradas, que oscilan entre los 10 y los 20 pesos.
Los expositores son convocados por los organizadores y, en general, se intenta que no haya más de un stand por rubro para no saturar al visitante con productos semejantes. "En la primera edición tuvimos 5 y en la segunda, 9 stands. Apostamos a que sean productos de calidad y mayoritariamente artesanales", dijo Pamela.
Las ferias también
contribuyen a que se conozcan por dentro los salones, cafés o chacras en las que se hacen. Llegan allí decenas de personas que bien pueden ser potenciales clientes. En todos los casos, además, participan jóvenes emprendedores del rubro pastelería y las delicias que elaboran pueden ser degustadas por los visitantes, a veces previo pago de un ticket extra. Así, la propuesta cierra para todos.
La difusión de estos encuentros se apoya, fundamentalmente, en
las redes sociales como Facebook y Twitter. Junto a esas herramientas 2.0, el boca en boca es la mejor publicidad.
De todos modos,
la afluencia masiva que se dio en algunos encuentros conspiró contra el resultado final. Tanta gente en ambientes no demasiado amplios, purgando por llegar hasta una
cheese cake o un coloridísimo
cupcake,
limita la posibilidad de observar los stands y comprar con tranquilidad, que es uno de los fuertes de estas tradicionales ferias urbanas.
Sin duda, a medida que se vayan realizando nuevos eventos,
los organizadores pulirán los errores y las ferias serán un punto de encuentro infalible para comprar productos bellos, además de buenos y baratos.