martes, 8 de diciembre de 2009
Regalo de Navidad
Pasó los 70 hace bastante tiempo. Camina despacio; se detiene en cada cuadra. Observa a los niños, busca con quién hablar. Mira a la cara a la gente que pasa a su lado, y sonríe. Pero pocos le retribuyen el gesto; los más, ni advierten su paso. Recorre las calles del barrio Padre Juan con una bolsa de nylon, esas que dan en el supermercado, y lleva allí adentro una pila de agarraderas multicolores tejidas al crochet. Irradian alegría. Irradian luz. Miles de puntos hechos, en decenas de horas de sus tardes de invierno. Tejidos con pasión, pero también abrigando una esperanza: lograr un ingreso, por mínimo que sea, para poder vivir con dignidad.
"Mire qué lindas que son, mire que colores alegres. Las hago todas yo, eh. Mire, mire, atrás están forradas, mire que prolijitas. Mire qué lindo regalo para poner en el arbolito, salen 15 pesos".
Si la ven, no cometan el error de dejarla seguir de largo. Devuélvanle una sonrisa. No la ignoren. En ella viaja el espíritu de la Navidad.
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2 comentarios:
Imposible evitar el nudo en la garganta y los ojos vidriosos al leer esta nota.
Si te emocionás con esta pequeña historia significa que todavía estás vivo.
Gracias Giselle por iluminarnos el alma y sacarnos por un rato de tanta noticia gris que recibimos cada día.
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