Perlitas del otro lado del charco

"Puerta trasera abierta. Pasajeros descendiendo. Cerrar la puerta, pasajeros alejados". Un guarda viaja en los colectivos de Colonia para asistir a la gente y al chofer.

En tren de comparaciones, otra perlita que los vecinos de Colonia poseen es el transporte público. No tanto por el confort del mismo sino por las normas de educación y buenas costumbres que se observa en quienes lo brindan. En este lugar, declarado por la Unesco en 1995 Patrimonio Cultural y Natural Mundial, los colectivos circulan con guarda -en su mayoría son jóvenes- y la experiencia, por lógica, resulta diametralmente opuesta a la que uno puede experimentar en ciudades más pobladas donde la máxima que reina es el sálvese quien pueda.
Su función es alertar al chofer si los pasajeros bajarán por la puerta delantera o trasera; anunciar cuando la puerta ya está cerrada y la persona que descendió ya se alejó del transporte; bajar cada vez que el vehículo se detiene para asistir a las personas que quieren abordarlo y cobrar el pasaje una vez que todos están sentados.
Detalles. Educación. Buenas costumbres que contribuyen a mantener un clima de cordialidad y respeto. Formas de ser que el paso del tiempo, en ese lugar, no borra.