Tanto tiempo transcurrió desde que se inició la causa y los durmientes de quebracho quedaron allí tirados, que no pocos abonan la teoría que ese material es víctima del robo hormiga (y de hormigas corpulentas, por el peso). ¿Cuántos se decomisaron? ¿Cuántos hay en la actualidad?
Foto: Llegaron los Indios
Amontonados y olvidados, así están los durmientes desde hace tres años, en el destacamento policial ubicado justo después del aeropuerto de Trelew, sobre la ruta nacional 3, en el ingreso norte a la ciudad. Hace más de tres años que la Justicia inició una causa por un convenio firmado entre la Provincia y la empresa Natura Ecology para desmontar y trasladar el material del ramal del ex ferrocarril que corría entre Comodoro Rivadavia y Sarmiento.Foto: Llegaron los Indios
Esa causa detonó en la Secretaría de Turismo y el por entonces responsable del área, el madrynense Juan Carlos Tolosa, salió eyectado de su cargo.
Provenientes de Cerro Dragón, los camiones erraron el camino: en lugar de llevar los durmientes hacia El Maitén, tal como estaba previsto por el Gobierno, se dirigían hacia la localidad de Tigre, en la provincia de Buenos Aires, cuando fueron interceptados por la Policía.
La idea oficial era utilizar46 mil durmientes para rehabilitar el tendido de La Trochita. Pero hubo otros que pensaron otra cosa y que actuaron en consecuencia.
Mientras la Justicia reaccionó y la Policía incautó la carga, se supone que otros camiones cargados de durmientes siguieron su paso hacia la provincia de Buenos Aires. Ahora, hace tres años que la madera -valuada en su momento en un millón de pesos- está secuestrada en las afueras de Trelew, esperando que la causa deje de dormir el sueño de los justos.
2 comentarios:
¿Cómo puede ser que miremos para donde miremos, casi siempre aparezca un acto de corrupción? Cada vez quedan menos cosas a salvo.
Al usuario anterior, quizá esto le ayude a responderse:
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:World_Map_Index_of_perception_of_corruption.png
... y lo peor es que los argentinos ya lo vemos como moneda corriente, el delgado hilo que separaba "corrupción" de "viveza criolla" se cortó hace ya un tiempo largo y ahora ambas palabras conviven en un mismo renglón del diccionario de sinónimos que editan nuestros políticos.
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