A sala llena. Así estuvo ayer la Sociedad Rural de Trelew: durante más de tres horas los productores agropecuarios de la meseta hicieron saber a las autoridades provinciales que ya no resisten los embates de la sequía y la crisis económica.
No son el arquetipo que en el imaginario popular existe del ganadero. Son, en verdad, productores agropecuarios de raza, que viven y trabajan el campo y cuya única fuente económica de sostenimiento deriva de esa tierra que tanto aman y la que tanto los hace sufrir. Ayer por la tarde, más de un centenar de pequeños y medianos productores llegaron desde Gastre, Telsen y Paso de Indios, para hacerle saber al ministro de Industria, Agricultura y Ganadería, Leonardo Aquilanti, que están por tirar la toalla en la lucha desigual que hace cinco años libran contra la sequía.
A la seca -que ya mató más de 1,5 millones de ovejas y provocó que la cantidad de cabezas de lanares en Chubut se redujera a 3,5 millones- se suma la caída estrepitosa en el precio de la lana y el aumento incesante de los costos de las explotaciones entre los cuales, destacan, el laboral es el más asfixiante.
"Créannos que estamos en las últimas y que la gente se está yendo de los campos, porque no le alcanza para vivir. Dejan la tierra sola y se van a las ciudades a vivir de changas. Muchos han perdido más del 50% de sus majadas y no hay pasto para los animales. La desazón es inmensa; en serio, necesitamos que nos ayuden", dijo, casi a modo de ruego, Nicolás Kresteff que posee una explotación en el departamento de Mártires.
Plata. Dinero fresco. Contante y sonante. Eso es lo que ayer, de distintos modos, los productores pidieron. Lo que quieren es que la actividad agropecuaria esté alcanzada por los subsidios de $ 600 que entrega el gobierno nacional a los empleados de firmas en crisis (conocidos como Repro, por un período de seis meses) a cambio de que no se produzcan despidos y que numerosas industrias de Chubut están recibiendo.
Aquilanti dejó ver que existe la posibilidad de que eso se instrumente y dijo que promoverá una reunión con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Anoche viajó a Buenos Aires porque hoy, junto con sus pares patagónicos, irá a golpear la puerta del secretario de Agricultura de Nación, Carlos Cheppi. "Vamos a tratar estos temas pero sepan que la situación no es la mejor. Cheppi tiene su renuncia presentada, entonces está claro que no es un interlocutor con poder de decisión", lanzó y rompió algunas esperanzas creadas.
La crisis del campo no es ajena a la realidad social de Trelew. Como polo textil-lanero, la ciudad sentirá tarde o temprano el cimbronazo. A menor producción, menor cantidad de lana para lavar e industrializar en las plantas que operan en el Parque Industrial, menor también será la cantidad de mano de obra en las industrias y, por ende, menor el consumo en los comercios, en definitiva, menor actividad económica. Por eso, aunque equivocadamente muchos creen que la crisis del campo se delimita con postes y alambre, el impacto social y económico llegaría con fuerza a la ciudad.
3 comentarios:
La realidad que se describe en la nota parece una fotocopia de lo que sucede aquí, en la pampa húmeda, en la provincia de Buenos Aires.
Y mientras tanto, el ex-presidente en funciones dice que quiere ver al campo de rodillas... Le digo que para eso, parafraseando a Serrat, tendrán que cortarnos las piernas.
El arquetipo que existe en el imaginario popular desapareció hace rato. Aunque el gobierno central se empeñe en describir a la gente de campo como "oligarcas terratenientes". ¡Que actualicen sus mentes setentistas! Esos estancieros que ellos imaginan ya no existen.
¿Dónde estaba la gente de campo del Chubut hace más de un año cuando acá en Bs As, Córdoba, Sta Fe y Entre Ríos, entre otras provincias, hacíamos oir nuestro reclamo? Como dijo un "prócer K" por esos días: A llorar a la iglesia.
Publicar un comentario