No busques debajo de la alfombra. El blog se llama así, porque de ese modo daban la voz de alerta cuando con mis tres hermanos llegábamos a la casa de mis abuelos maternos. Cuatro niños corriendo, a los gritos y exaltados, por un largo pasillo de las típicas casas chorizo de La Plata, nos hacían semejar -mucho- al torbellino que generaban los indios según veíamos en las películas de cowboys. Con este espacio quiero levantar polvareda. Despertar de la modorra a la ciudad. Hacer abrir los ojos ante las cosas que pasan todos los días y muchos parecen no ver. Aquí estoy. Sumate al malón. Llegaron los indios.
París era una fiesta, de Ernest Hemingway, fue uno de los primeros libros que leí en mi época universitaria, por recomendación de Mempo Giardinelli, a quien tuve como docente en la Universidad Nacional de La Plata. Aún hoy recuerdo algunos de sus pasajes, que me maravillaron. Ahora llegó el tiempo de saldar una deuda con "El viejo y el mar", del mismo autor, obra pequeñísima, de 77 páginas, pero cuyas críticas ya anticipan que es memorable.
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