Ayer pasó lo que tenía que pasar. Julio Grondona y Cristina Kirchner se reunieron y empezaron a retocar los datos finales del bochornoso acuerdo que firmará la AFA con el Estado y que nos costará caro: los argentinos pagaremos entre 500 y 600 millones de pesos para que el Estado retenga los derechos de televisación durante 10 años de los partidos de fútbol de la primera división.
Después de la reunión llegaron, como es lógico, las defensas de rigor. Uno de los primeros en hablar fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. "No tenemos interés de estatizar el fútbol. Queremos preservar la pasión y garantizar que los 40 millones de argentinos puedan ver el fútbol de manera gratuita. Y que esto no le signifique al Estado un solo centavo".
Gracias señor jefe de ministros. Pero piense en 39.999.999 argentinos, a mí no me cuente. Aunque no puedo hablar por ellos, me atrevo a decirle que cientos de miles más opinarán igual. Prefiero que el Estado utilice la plata que no tiene para aplicar políticas activas que ayuden al país a salir del pozo en el que está. No se comprende esa persistente obsesión de empeñar hasta lo que no tenemos. Las joyas de la abuela ya las vendimos. Recuérdelo.
Anteayer, cuando comentamos aquí lo de la AFA, señalé que el Estado aumentaba en 600 millones de pesos el gasto público con el objetivo de lograr un título en los diarios: "Fútbol gratis para todos". Por suerte, el presidente en funciones Néstor Kirchner no me hizo quedar mal con mis lectores y ayer fue con sus dichos por el atajo de la demagogia, ese que tanto le gusta recorrer: "El fútbol debe ser gratuito para todos los argentinos", dijo con cara de yo no fui.
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2 comentarios:
39.998, a mi tampoco...
Es solo otro rasgo característico de ese psicópata perverso cuya única compulsión existencial es dominar o destruir. Así fué con el campo y las pérdida de excepcionales oportunidades para el país en un mundo en crisis. Lo es ahora con la venganza contra un grupo multimedio opositor con programa humorístico incluído. Vendrá muy pronto sobre la provincia en forma de corte de partidas, retiro de vuelos a Trelew y lo que pueda hacer para "castigar" la traición partidaria de turno.
Se dió el lujo de imponer su inoperante "pinguina" soñando con un reinado por décadas como el caso de su mentor bolivariano. Impidió saber la verdad sobre los índices que hacen que una sociedad moderna planifique y corrija su rumbo. Eterno comerciante de poder, no solo gasta para comprarlo sino que también lo hace para vengarse. Por eso no nos confudamos estimados foreros, no es el fútbol, ni el campo, ni siquiera un conflicto partidario, es el estilo demencial de un profundo conocedor de las peores bajezas humanas, que construye con ellas poder a cualquier precio. No es cuestión de no ver fútbol, lo que hay que ver es que si no reaccionamos a tiempo, algún día grupo por grupo, sector por sector, vendrán por nosotros...
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