Laissez faire, la política de tránsito

Dos menos en la calle. Durante el fin de semana, los inspectores de tránsito
trabajaron -y gozaron- del festival aéreo.

Un reciente informe de la Dirección General de Estadística y Censos de la provincia mostró el importante crecimiento poblacional que se dio en Chubut durante los últimos ocho años. En Trelew, la variación fue del 29 por ciento: hoy habitan en esta ciudad 114.330 personas.
El dato es enorme, aunque toma mayor dimensión cuando se sabe, por ejemplo, que para ordenar y hacer cumplir las normas de tránsito a buena parte de esa cantidad de habitantes, la dirección respectiva de la comuna local sólo cuenta con diez inspectores.
Diez personas para controlar un parque automotor que viene en franco crecimiento en los últimos años y sin rotación de vehículos, porque esos que no dan más, cuya circulación son un peligro en potencia, siguen en la calle, sabiendo que nadie controla.
"Eso pregúnteselo a Iglesias (por el director de Tránsito municipal). ¿Sabe cuántos somos? Diez para toda la ciudad. Algunos cuidamos el pago del estacionamiento medido y otros ordenamos el tránsito. No podemos estar en todos lados", se sinceró ayer uno de los llamados zorros grises (pero de uniforme azul) cuando lo consulté sobre el por qué de su exigua presencia en la calle.
Así, la política de tránsito en Trelew parece basarse, ante la falta de recursos humanos en la calle, en el laissez faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). Así se entiende por qué muchos inadaptados cruzan los semáforos en rojo, paran sobre la senda peatonal, estacionan en lugares prohibidos y más. Saben que no pasa nada. Lo que no es entendible es que el Ejecutivo comunal haya optado por esa política, dejando que el problema crezca, en lugar de subsanar la carencia e incorporar personal para que los controles no sean "sorpresa" sino "predecibles" y permanentes.