lunes, 27 de julio de 2009
Sin reacción
Alarmas. Seguridad privada. Rejas. Perros. Cadenas de alerta. Puertas cerradas. Desconfianza. Ingredientes de la vida cotidiana.
Trelew sangra, y a pocos parece importarle. Robos a mano armada, asesinatos, asaltos con heridos de bala, sustracción de vehículos, golpizas salvajes, atentados contra la propiedad privada, y Trelew va.
Ismael Tamame tenía 80 años, cuando en la noche del 15 de julio de 2008, dos sujetos irrumpieron en su casa y delante de su esposa lo mataron a golpes en la cabeza.
Esos golpes que le quitaron la vida a un entrañable vecino, despertaron a Trelew -por unas pocas horas- de esa cómoda y habitual modorra en la que vive.
Cuarenta y ocho horas después del salvaje hecho, la comunidad salió en gran número a la calle para exigirle a la Policía, a la Justicia y a las autoridades en general, que se pusieran los pantalones largos en la lucha contra la inseguridad. Muchos, muchísimos ciudadanos de a pie sumaron sus voces y sus palmas para vivar por justicia.
Sin embargo, el reclamo popular y masivo duró poco. Fue hasta que la Cámara de Comercio (que se había puesto a la cabeza de la queja) desactivó, por recomendación de las autoridades provinciales, la segunda marcha prevista que pretendía llevar las quejas hasta las puertas del gobierno central, en Fontana 50, Rawson.
Hoy, a poco más de un año del asesinato de Ismael Tamame, su muerte sigue impune. También, los innumerables delitos contra las personas que se vienen sucediendo, con horrorosa frecuencia, en esta ciudad del sur argentino.
Hoy, Trelew sangra. La comunidad no reacciona y cuando intenta hacerlo, logran callarla.
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1 comentario:
El precio del "penoso silencio colectivo", lo ha pagado el gobierno municipal con distribución de cargos ( aeropuerto, municipio, etc) entre familiares de la ¿Conducción? de la Cámara de Comercio. Los que estuvimos en esa marcha no olvidamos como se silenció prácticamente a golpes a quienes reclamaban acciones concretas antes de iniciarse la recordada marcha ciudadana. Por lo visto el "modelo imperante" en la ciudad es similar al del gobierno provincial con cuidadosa distribución de cargos entre familiares u obsecuentes de turno. ( ej. ministros con madres en el consejo de la magistratura o posibles legisladoras provinciales). Pronto llegará el tiempo de reclamar auténticas medidas con "los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes"...
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